28 jul 2015

Una guía informal sobre la temporada de agentes libres


Aight people, we are back in business.

Este no es un blog de información. Tampoco es pura y exclusivamente de opinión, creo. Desde que arranqué a escribir acá, fui alternando mis ideas. Redactando algunas notas, intenté mantener un estilo formal e informativo, mientras que otras veces -cuando mi cabeza me lo permitió- busqué ser más directo. 

Muchas veces me pasó de cambiar los estilos en el mismo texto (ni te cuento las peleas internas que tuve, tengo y tendré cuando me vuelva a pasar), sin saber con cual quedarme. Pero, por lo menos en este aspecto, puedo decir que estoy completamente seguro: este no es un blog de información.

Pasó un tiempito desde que escribí por última vez. Como sabrán, Golden State Warriors fue un merecido campeón (ésta me pareció una buena forma de entender cómo se arma una franquicia ganadora), superando a Cleveland Cavaliers por 4-2.

Una semana después, vino el Draft. Minnesota Timberwolves eligió a Karl-Anthony Towns con la primera selección. Towns juega de pivot que ya cuenta con capacidades defensivas de alto nivel y tiene el potencial para convertirse en una bestia en ataque. En Minnesota, formara parte de un dúo interesante con Andrew Wiggins (alero y 1ª pick del Draft del año pasado). Igual, en el Oeste, es casi imposible que siquiera peleen por entrar a Playoffs.

Me fui por las ramas. El Draft pasó hace más de un mes. Lo realmente importante empezó con el primer día del mes de Julio. A las 00:00:00 del mes siete, un montón de jugadores, algunos muy buenos, otros buenos y otros del montón -valga la hermosa redundancia que metí sin querer- se convirtieron en agentes libres.

¿Qué @#!+* significa un agente libre? Fácil: que puede firmar con el equipo que quiera. Tres reglas a tener en cuenta para entender este juego:

1-Si un jugador es agente libre restringido, significa que su equipo (donde sea que haya terminado la temporada pasada) tiene el derecho de igualar cualquier oferta que le hagan otras franquicias. Entonces, si el equipo dueño del pase decide, puede retener a su agente libre sí o sí. 

2-Las franquicias operan bajo un tope salarial y un límite de lujo. Básicamente, éstos términos son cantidades de $$$ que puede gastar un equipo. Si te pasás del tope salarial, perdés algunos beneficios que podrías ofrecerle a agentes libres (que, a la vez, sí les pueden ofrecer equipos que estén debajo del tope). 

Si te pasás del límite de lujo, tenés que pagarle impuestos a la NBA. Mientras más guita gastes, más aumentan los impuestos. Si, al pasar los años, una franquicia se sigue pasando del límite, le meten unos impuestos de puta madre. Para que te des una idea: en 2014, los contratos de todo el plantel de Brooklyn Nets sumaban un total de 101 millones de dólares. Sólo por impuestos, los Nets tuvieron que pagar 83. Mamita. 

3-Además del derecho mencionado en la regla 1, los clubes pueden ofrecerle más plata y, en algunos casos, más años de contrato, a los agentes libres que hayan jugado la última temporada con ellos. Por último (bancame que esto es importante): un equipo SÓLO puede pasarse del tope salarial firmando a un jugador propio (o sea, que haya jugado la temporada pasada en la misma franquicia). 


Antes que nada, como dije al principio, este no es un blog de información. Por eso, no voy a referirme a todos y cada uno de los agentes libres, que son más de 150 si no me equivoco. Tampoco voy a analizar todos los canjes que ocurrieron en este mes (más de 25). Para eso, les dejo dos links a continuación. En inglés, la gente de SBNation se merece un monumento por armar esto

De otra forma, más tipo cuadro conceptual, los fenómenos de somosbasket también hicieron un excelente laburo. Ahora sí, veamos que joraca pasó en este mercado de pases.


Hogar, dulce hogar

Como suele suceder, gran parte de las estrellas se quedaron en sus respectivas casas. Ante la sorpresa de nadie, LeBron James renovó con Cleveland por un año. El caso de James es singular, ya que la longitud de este vínculo significa que volverá a ser agente libre el año que viene, cuando el tope salarial (y por ende, los contratos de los jugadores) aumentará exponencialmente.

Para que quede más claro: en la temporada 2016/17 entra en acción el nuevo contrato televisivo que la NBA firmó con ESPN y TNT. El flujo de dinero que va a entrar en el sistema de la liga es tan grande que el tope salarial va a pasar de 70 millones -este año- a 90. Si se cumplen las proyecciones, llegará a 110 millones dentro de dos años.

Esto significa, obviamente, que los jugadores deberían querer ser agentes libres YA, porque después de 2018, el tope podría volver a bajar. Por eso LeBron y Dwyane Wade (sigue con Miami) arreglaron por una temporada. Para seguir juntándola con pala.

Las vacas de Wade, Chris Paul y LeBron

Sin embargo, otros jugadores optaron por la seguridad financiera de un contrato largo. Tiene sentido: si alguno de los que firmo por corto plazo se lesiona, pierde valor en el mercado. Por eso, cracks como Kawhi Leonard (Spurs), Marc Gasol (Grizzlies), Kevin Love (Cavaliers), Draymond Green (Warriors), Jimmy Butler (Bulls), Goran Dragic (Miami), Khris Middleton (Bucks), Brandon Knight (Suns) y Reggie Jackson (Pistons) extendieron sus vínculos con sus respectivos equipos por cinco años, el máximo disponible. Además, Paul Millsap (Hawks), Patrick Beverly (Rockets) e Iman Shumpert (Cavs) también renovaron por tres, cuatro y cuatro temporadas, respectivamente.

Bueno, lo de Jackson es medio raro. Detroit le ofreció cinco años y 80 millones, un número altísimo para un jugador de su calibre, sin que hayan demasiados otros interesados. Igual, todo tiene una explicación: como dije, el tope salarial va a aumentar. Entonces, contratos que hoy parecen caros -como el de Jackson, el de Enes Kanter (volvió a Oklahoma City por 4 años y 70 millones), el de Tobias Harris (4 y 64 para retornar a Orlando) o el de Brook Lopez (3 y 60 para quedarse en Brooklyn)- no lo serán en 2016.

Por último, me quedaron mis Spurs. Danny Green resignó ofertas que lo hubiesen hecho más rico y firmó con San Antonio por cuatro años y 45 millones. Tim Duncan (DUH a lo que voy a decir) resignó plata otra vez y volverá por dos años y 10.5 millones. No se si Manu resignó plata, pero a quien carajo le importa. Ginóbili también continuará en los Spurs por un año más. 
En realidad firmó por dos temporadas, pero lo más probable es que se retire después de la próxima. Igual, hace de cuenta que no lo leíste.

El hitazo del verano

Full disclosure: éste iba a ser el título de la columna. No se a ustedes, pero a mi me encantó. Todos los veranos (porque allá, en USA, es verano), la atención del mundo NBA está puesta en alguna estrella. LeBron y su "Decision", Dwight Howard decidiendo, a último momento, dejar en banda a los Lakers (gracias Dwight, te banco) y muchas otras más. Ni que hablar de la que le espera a Kevin Durant el año que viene, pero eso será tema para otro día.

En este mercado de pases, EL hombre en cuestión fue LaMarcus Aldridge. El ala-pivot de Portland Trail Blazers, una verdadera máquina anotadora de canastas que, además, defiende mejor de lo que aparenta. Aldridge se reunió con más de seis franquicias y, luego de algunos días, anunció que iría a Phoenix Suns o a San Antonio.


Fíjense el peso que tienen las estrellas. La mera posibilidad de conseguir una forzó a que ambas franquicias realicen canjes que no las beneficiaban, solamente porque necesitaban el espacio dentro del tope salarial para firmar a Aldridge, que cuesta caro. Los Spurs enviaron a Tiago Splitter, titular en el equipo campeón de 2014, a Atlanta. Los Suns mandaron a Marcus Morris, Reggie Bullock y Danny Granger, tres jugadores que hubiesen estado dentro de la rotación, a Detroit, por, simplemente, nada.

Finalmente, Aldridge eligió a San Antonio (cuatro temporadas y 84 millones), una ciudad que no está acostumbrada a ser el destino favorito de las máximas figuras de la NBA. Y los pobres de Phoenix, a llorar a la iglesia.

Los que se fueron

A pesar de que la mayoría se quedaron, eso no significa que no hubo movimiento. El nombre de mayor peso que cambio de equipo fue Greg Monroe, quien pasó de los Pistons a los Bucks. El pivot, que analizó mudarse al glamour de L.A -se reunió con los Lakers- o a la Gran Manzana (Knicks), terminó eligiendo la super-mega-metrópolis de Milwaukee (chiste, por si no se entendió).

Che, ahora que nombré a los dos gigantes -Los Ángeles Lakers y New York Knicks- me doy cuenta que se parecen bastante. Ambos tienen un gran jugador -Kobe Bryant y Carmelo Anthony- al que le gusta tirar mucho al aro y que ya ha visto pasar sus mejores años. Ambos han fallado en sus intentos por traer a otro crack en los últimos dos mercados de pase. Ambos han depositado su fe en un novato -D´Angelo Russell y Kristaps Porzingis- elegido en los primeros cuatro puestos del Draft.

Porzingis defendiendo a Russell

Y, después de un largo rato, ambos hicieron las cosas bien. Los Lakers adquirieron a Roy Hibbert de Indiana y obtuvieron los pases de Lou Williams y Brandon Bass (ambos eran agentes libres). Los Knicks trajeron a Robin Lopez, Aaron Afflalo y Derrick Williams. A ver, ninguno de éstos seis nombres merecen tirar la casa por la ventana, pero todos sus contratos son razonables y podrían contribuir de buena manera en esta temporada.

Otros traspasos que suman: Monta Ellis a los Pacers, DeMarre Carroll, Luís Scola y Cory Joseph a Toronto Raptors, Brandan Wright a Memphis Grizzlies, Tyson Chandler a Phoenix -que por lo menos tuvo un premio consuelo- y David West a los Spurs. West, que tenía la opción de volver a Indiana por 12 millones, arregló con San Antonio por alrededor de un millón! El tipo resignó 11 palos verdes, me entendés!!!

Hace apenas unos días, Houston Rockets consiguió hacerse de los servicios de Ty Lawson, base de Denver Nuggets. Lawson se encuentra en rehabilitación por problemas alcohólicos, pero si logra reponerse sería una pieza fundamental en el equipo que dirige Kevin McHale.

Cierro con las dos historias más cómicas del mercado. Primero: Sacramento Kings.....Que, ya deberías estar cagandote de risa. Los Kings son un circo: su dueño, Vivek Ranadive, quiere que jueguen 4 contra 5 en defensa (esto es real, te lo juro), ya despidió como a tres técnicos y dos mánagers y ahora contrató como GM a Vlade Divac, un ex jugador con 0 experiencia en el área.

Como era de esperar, Vlade no arrancó su carrera como mánager con el pie derecho. Los Kings enviaron a Nik Stauskas (11º elección en el Draft del año pasado), Carl Landry y Jason Thompson a Philadelphia 76ers. Obvio, por nada a cambio. Obvio, además incluyeron una futura selección de PRIMERA ronda. Obvio, además le dieron la opción a los 76ers de rotar posiciones en dos Drafts distintos

¿Qué significa lo último? Ponele, si Sacramento elige en el 5to puesto y Philadelphia en el 9no, Philly puede cambiar. Parece una boludes, pero hace un par de años Brooklyn y Atlanta hicieron un canje similar. ¿Cuál fue el resultado? Los Hawks, que hubiesen elegido 29º según su récord, lo hicieron en el puesto número 15.

Volviendo al tema: con el espacio que generó este horrendo canje, los Kings firmaron a Marco Bellinelli, Kosta Koufos y Rajon Rondo. De nuevo, ninguno de ellos es malo, pero tampoco ameritan el gasto que tuvo que realizar la franquicia. Con suerte, pelearán por entrar a Playoffs en el Oeste.

BOLUDO, VISTE TWITTER?

Es que yo no puedo más, chabón. Cómo no voy a cerrar con esta historia. La saga ocurrida entre Dallas Mavericks, Los Ángeles Clippers y DeAndre Jordan fue épica. Aunque todos los actores de esta novela digan que la realidad no fue tan divertida como creemos, yo la pasé bárbaro. Esta todo acá, en la crónica del miércoles 8 de julio, el mejor día en la historia de Twitter.

Antes del caso de Jordan, ambas franquicias habían realizado contrataciones interesantes. Los Clippers adquirieron a Lance Stephenson (de Charlotte Hornets), a cambio de Spencer Hawes y Matt Barnes, quien luego fue traspasado a Memphis. Además, Doc Rivers se volvió a juntar con Paul Pierce. El veterano (era agente libre) jugará en Los Ángeles por tres temporadas, si es que llega a la tercera. Ah, y además se quedaron con Pablo Prigioni :)

Los Mavericks se la jugaron por Wes Matthews. El ex escolta de Portland se rompió el Tendón de Aquiles -una de las lesiones más complicadas para un basquetbolista- durante la temporada pasada, pero aún así logró obtener un contrato por cuatro años y 70 millones. Si logra recuperar su nivel, será una gran adición.

Una imagen...

En Dallas, siempre se aspira a un campeonato. Esa es la cultura que crearon Mark Cuban, Rick Carlisle y Dirk Nowitzki, en sus roles de dueño, entrenador y jugador estrella. Por eso, cuando DeAndre Jordan les comunicó que formaría parte del equipo, todos se ilusionaron. Un quinteto compuesto por Devin Harris, Matthews, Chandler Parsons, Nowitzki y Jordan podría competir con los mejores conjuntos del Oeste.

Sin embargo, el pivot de los Clippers no se animó a dejar a su franquicia y cambió de parecer, a pesar de haber acordado de palabra con los Mavericks. Esto fue posible gracias a la existencia del período de moratoria. Este período es una cláusula de la NBA que, básicamente,  no permite que ningún jugador firme un contrato oficial hasta que haya transcurrido una semana desde el inicio del período de agentes libres (1º de Julio).

Bueno, eso fue un poco de lo que anduvo pasando. Perdón a los hinchas de los Celtics, Wizards, Nuggets, Pelicans y otros equipos. Por suerte, sobra el tiempo para analizar. Se me ocurrieron diezmil maneras de armar esta columna y termino saliendo esta. Ni se si me gustó o no. De lo único que estoy seguro, otra vez, es que este no es un blog de información.

7 jul 2015

A selfish man

I can hardly put into words what Manu Ginobili means to me. Without his knowledge, the guy has influenced my life in so many ways. It’s very likely that, had Manu not existed, I’d still be pursuing a career in sports journalism. Having the chance to cover people like him has made me much more comfortable with this decision.

The memory, however fuzzy it is, remains. I remember myself ten years ago, lying to my dad. I promised that I would go to sleep early, but instead I stayed up late to watch the NBA Finals.



I couldn’t tell what it was, but something had caught my eye. As the series went on, my lying habits continued, and somehow I convinced my dad (a rare feat) to join me. We watched the final three games together, celebrating Manu´s second championship. 

While my passion for sports journalism and the NBA arrived years later, my personal connection with Ginobili was forged during those nights in June 2005. During these last 10 years, I´ve followed him closely and seen how he carries himself, both on and off the court. That´s what truly makes him a figure of admiration.

Basically, this whole thing can be summarized in three words: I am selfish. I have no problem admitting it. When it comes to Emanuel David Ginobili, I do not care about anything but watching him play. I know that he’s probably tired, that he doesn’t have much left in the tank and that he wants to spend time with his family. Forgive me, Many. Please forgive me, Dante, Nicola and Luca. I just want to keep watching Manu.

13 seasons in the best basketball league in the world. Four rings (one of them, precisely in 2005, should’ve come with a Finals MVP trophy attached to it). Two-time All-Star. Sixth Man of the Year (in 2008). Two 3rd Team All-NBA nods. 28,627 minutes played (that’s including Playoff stats, as he likes to do).

How could anyone ask him for more?

How many more dunks like this one, that made me leap out of my couch and start yelling like a madman, can he manage?



How many more clutch moments, down by two with 30 seconds left, against an opponent who seemed invincible to the Spurs, does he have left in his bag?


How many more buzzer beaters, say, on a December night in 2010 (which I still remember like it was yesterday because I woke up the whole block) will he even attempt?


How many more impossible, unthinkable shots, after playing awful during almost an entire game, can he hit?



Logic says that few, if any. But here´s the key: I do not care. I do not need all these highlights to enjoy Manu. I only need him, trotting slowly with the ball in his hands. I need to see him signal to a big that he wants a screen. I need to see him whip a bullet pass directly to the chest of a teammate. I need to see him throw one between-the-legs to Duncan, or just a quick backdoor to Parker. Classic Manu.
I need to see myself watching him (if that makes any sense), knowing wholeheartedly that just having Ginobili on the floor is enough, but at the same time hoping for that one play that’ll make me start screaming again.

Ahhhh, yes, don’t forget what I said before: When it comes to Manu, I am selfish. A stinking, selfish man.