12 jun 2015

Game 4: Por fin triunfó la lógica


"Lo único importante son los últimos cinco minutos. Lo demás ni lo veo, es al pedo".

El cliché existe desde siempre, o al menos desde el primer día que sigo la NBA. Pará, tranquilo, que tampoco me voy a hacer el ofendido. Entiendo perfectamente desde qué lugar viene esta falsa afirmación. Cada uno tiene sus deportes preferidos, a los cuales le dedica más tiempo. En mi caso serían básquet, tenis, fútbol (y football). Claro que me interesan muchísimos más, pero -por ejemplo- todavía me cuesta sentarme a ver un partido completo de béisbol (salvo en Playoffs).

Generalmente miro las últimas entradas, como también lo hago con los últimos hoyos de una ronda de golf y no me parece mal que así sea. Nadie puede saber todo de todo. El error ocurre cuando se asume que, porque uno decide no prestar atención a una parte del juego, no influye en el resultado final.

Por eso, además de relatar lo sucedido en la victoria de Golden State Warriors sobre Cleveland Cavaliers en el Game 4 de las Finales, la misión de esta columna será ilustrar como los primeros doce minutos del encuentro no solo fueron determinantes a la hora de definir el ganador, sino que pueden llegar a cambiar completamente el rumbo de la serie.

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Desde antes del inicio, sabíamos que éste iba a ser un partido distinto. La decisión que tomó Steve Kerr (DT) -reducir el tamaño de su quinteto titular- planteaba un partido diferente. El ingreso de Andre Iguodala por Andrew Bogut representaría una ventaja para los Warriors en ataque, pues podrían corren más con la pelota y aumentar el ritmo de juego.

Una mayor cantidad de posesiones significaría darle más chances a los tiradores de Golden State (el equipo con el mejor porcentaje de campo en la liga) y a la vez cansaría más a Cleveland, que sólo utiliza a siete jugadores en su rotación. Pero ojo, el cambio también traería desventajas para los dirigidos por Kerr.

Con Bogut afuera, Draymond Green funcionaría como pivot y su marca sería Timofey Mozgov. Al mismo tiempo, Harrison Barnes -normalmente alero, pero hoy como ala-pivot-- intentaría contener a Tristan Thompson. Los dos hombres de Cleveland son mucho más altos y fuertes físicamente que sus rivales, por lo que los Warriors se arriesgaban a permitir una gran cantidad de rebotes ofensivos.

Thompson sumó su segundo doble-doble en la serie (12pts y 13reb)
Así se planteaba la previa y, de manera casi idéntica, se plasmó dentro de la cancha. Solo una cosa fue distinta. Los primeros tres lanzamientos de Golden State: un doble largo de Steph Curry, un tiro que está más que acostumbrado a encestar, y dos triples abiertos para Barnes e Iguodala. Ninguno entró.

Sigo con el jugada a jugada. Primeras cuatro posesiones para Cleveland: LeBron James falló desde media distancia, pero Thompson agarró el rebote ofensivo y anotó los primeros puntos del encuentro; Mozgov erra un gancho, otro rebote ofensivo para Thompson y después James vuelve a fallar; volcada de Mozgov tras asistencia de James y triple de Iman Shumpert luego de un pase de Matthew Dellavedova. En dos minutos de juego, los Cavs lideraban 7-0 y la visita pidió un tiempo muerto.

De nuevo, para que quede más claro: los Warriors habían "sacado ventaja" del cambio en su alineación -sus tres tiros fueron buenas ejecuciones- pero a la vez las desventajas que habían previsto -dos rebotes ofensivos y una volcada de los internos locales- estaban ocurriendo. ¿Que decisión tomaría Kerr?

Quizás otro técnico, en otra situación, hubiese entrado en pánico y hubiese vuelto a su formación habitual, y quién sabe si esa acción no hubiese derivado en la derrota de su equipo. El cuerpo técnico de Golden State optó por mantener la misma táctica y sus jugadores les respondieron. En los cinco minutos siguientes, la franquicia de la Bahía de San Francisco metió un parcial de 22-13, tomó la delantera y nunca más la dejó ir.

Iguodala con una volcada a la carrera tras un conttagolpe. Iggy terminó con 22pts y 8reb

La realidad es que, después de tantas situaciones impensadas que se dieron a lo largo de los primeros tres partidos de esta serie, fue reconfortante que el juego se vaya desenvolviendo dentro de los parámetros de la lógica. Curry empezó a clavar sus bombazos, Barnes encestó un triple desde la esquina (idéntico al que había marrado al comienzo del encuentro) y, de a poco, los Warriors se fueron reencontrando.

El cambio en el quinteto titular no fue la única variante. Un ajuste defensivo clave fue la decisión de doblemarcar a LeBron en casi todas sus posesiones en ataque. De las 200 veces James había iniciado una jugada con el balón en los Games 1,2 y 3, sólo se había enfrentado a dos defensores en 15 oportunidades. Como resultado, la estrella de los Cavaliers tomó "apenas" 22 tiros de campo, comparados con 34 en Game 3.

Además, fue vital la tarea de Iguodala, que al comenzar desde el salto inicial logró emparejar sus minutos con los de James, haciéndole la vida imposible en defensa. El alero de Golden State fue el hombre que mejor entendió la estrategia demandada por sus técnicos: sabiendo que Cleveland iba a cargar los rebotes ofensivos, Kerr pidió que sus jugadores corran con el balón en la mayor cantidad de veces posible para atacar en transición, área en donde se destaca Iggy:



En el segundo cuarto, la diferencia alcanzó los dos dígitos. De hecho, luego de un doble de Green, los Warriors sacaron ventaja de 15 puntos, su número mágico en esta temporada (su récord es 57-0 cuando, en cualquier momento del partido, se ven arriba por dicha cifra). Precisamente, la actuación de Green fue la sorpresa más positiva en términos individuales.

Las Finales no habían tratado bien al pobre Draymond, pero el producto de la Universidad de Michigan State hizo un click mental y se acordó de la excelente campaña que venía teniendo. Cuando tuvo la pelota en sus manos encontró a compañeros mejor ubicados, en vez de chocar contra los pivots de Cleveland. Se animó con los triples -cuando tuvo espacio- y, redondeando, jugó con más energía. Su línea estadística lo refleja: 17 puntos (6-11 de campo), 7 rebotes, 6 asistencias, 2 robos y SIN pérdidas.

A falta de 4:43 en el segundo período, James chocó fuertemente contra una de las cámaras, ubicadas muy cerca del área debajo del canasto. El hecho fue realmente peligroso y, si bien no estaba disfrutando de su mejor noche, LeBron no logró volver a imponer su presencia en el partido desde ese entonces.

Ya en la segunda mitad, los Cavaliers salieron decididos a revertir la situación. A lo largo del tercer cuarto, hubieron rachas en las que pudieron achicar la diferencia y ponerle presión a los Warriors, aunque éstos respondieron acordemente. Cabe destacar la tarea de Mozgov, que aprovechó al pie de la letra las ventajas que le daba la pequeña alineación de Golden State. El ruso dominó en el poste bajo y alrededor del aro y finalizó con 28 puntos (máxima en su carrera) y 10 rebotes:


Luego de un libre de James que puso a su equipo a tres, Curry contestó con un triple matador, sobre el cierre del período. Para arrancar el último cuarto, Golden State se puso arriba por 14 rápidamente, liquidando el pleito. Otra vez, como en Game 3, David Lee ingresó y contribuyó con minutos más que positivos. Desde la banca también tuvieron sus momentos Leandro Barbosa y -especialmente- Shaun Livingston. Éste último, que funciona tanto como base y escolta suplente, dependiendo la circunstancia, también comprendió la importancia de aumentar el ritmo de juego.

Los escoltas de ambos equipos estuvieron algo apagados. Ni Klay Thompson ni Shumpert lograron imprimir su sello en ofensiva, aunque al menos Klay tuvo más éxito cuando debió emparejarse con James. Por último, la sensación del partido anterior -Dellavedova- no pudo repetir su inolvidable performance. El australiano lució cansado y en varias ocasiones ni pudo mantener su posición contra Curry. Por su parte, el MVP de la liga supo aprovechar sus mano a mano contra rivales más lentos que él, como Thompson, Mozgov y James Jones, encajando un triple sobre cada uno de ellos.

Los Warriors decoraron la victoria, que termino siendo por 103-82, y ahora viajan a Oakland para el Game 5, a jugarse el domingo. La serie al mejor de siete encuentros, igualada en 2, se convierte ahora en una al mejor de tres. Nada esta definido aún, pero Golden State parece haber encontrado el camino hacia el título. Un brillante ajuste por parte de Kerr y compañía -revalidado a pesar de un arranque nefasto- fue la clave del partido. Y no ocurrió en los últimos cinco minutos, sino antes de que se efectúe el salto inicial.

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