17 jun 2015

Game 6: Él Equipo, campeón


La espera de 40 años terminó. Golden State Warriors coronó una temporada regular magnífica y alzó el trofeo Larry O´Brien. El mejor equipo de la NBA de principio a fin se llevó la serie -y el campeonato- tras derrotar a Cleveland Cavaliers en seis juegos. Se pueden mencionar a varios jugadores que contribuyeron en la obtención de este título, pero la moral que dejaron estas Finales es simple: el trabajo en equipo pudo más que el talento de un individuo.

Esta afirmación nunca fue más cierta que en el último partido de esta serie. El triunfo por 105-97 tuvo lugar para todos los hombres de Golden State, mientras que esclareció aún más la falta de apoyo que tuvo LeBron James. La estrella de los Cavaliers dejó absolutamente todo en la cancha, ganándose más respeto y admiración de la que ya tenía.


Los 25 puntos de Andre Iguodala, que redondeó una serie sensacional, lo convirtieron en el primer ganador del trofeo al Mejor Jugador de las Finales que no comenzó ningún partido de temporada regular como titular. Podrán haber polémicas sobre quién debería haber sido galardonado (Steph Curry o LeBron eran los otros candidatos fuertes), pero nadie se animará a negar el rol vital que jugó Iguodala: cumplió en defensa ante James, encestó tiros bajo presión y -sobre todo- entendió la clave para la victoria.

Los Playoffs de la NBA son mi formato favorito porque, en 9 de cada 10 ocasiones, el mejor equipo es el ganador. Así fue el caso en la edición 2015. A preparar el desfile en la Bahía de San Francisco.

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En los partidos definitorios siempre existe una presión extra para el conjunto que debe cerrar. Es un hecho inevitable que ocurre en todos los deportes. Por eso, el arranque de los Warriors, que abrieron con un parcial de 23-15, fue importante. El ruido en el estadio Quicken Loans -casa de los Cavaliers- no los molestó en absoluto.

El equipo comandado por Steve Kerr movió la pelota, encontrando la mejor opción en casi todas las posesiones. 16 de las primeras 18 canastas de Golden State fueron asistidas, un número realmente asombroso.

Desde el principio, las ventajas y desventajas de cada franquicia se hicieron claras. Cleveland controlaba la batalla de los rebotes y lograba más viajes a la línea de tiros libres, mientras que los Warriors cometían menos pérdidas y encestaban sus lanzamientos en un porcentaje más alto. 

Con nueve minutos por jugar en la primera mitad, Klay Thompson cometió su tercera falta personal y debió irse al banco. En ese intercambio de jugadores, el ritmo de juego bajó y los Cavs lograron achicar la diferencia. Como siempre, LeBron cargaba con el peso en ofensiva, anotando y asistiendo a sus compañeros.


Luego de haberle dado pocos minutos a Timofey Mozgov (pivot) en Game 5, David Blatt optó por utilizar su alineación "grande", dejando al ruso en el terreno junto a Tristan Thompson. El resultado de esa decisión fue una mayor capacidad para conseguir rebotes ofensivos, la única arma que tuvo Cleveland en toda la serie fuera de la producción de James.

Una tremenda volcada de Thompson, justo antes del entretiempo, dejó a los locales abajo por un doble (43-45). En el descanso, las diferencias en las áreas mencionadas (21 libres contra 4 y 29 rebotes contra 16 para los Cavaliers y 5 pérdidas contra 13 para los Warriors) eran notorias.

Usualmente, la franquicia dirigida por Blatt era la que salía a buscar el partido en los terceros períodos. Sin embargo, Golden State entendió -una vez más- que la clave era correr con el balón, saliendo disparados como un cohete en los primeros instantes del tercer cuarto. De manera inteligente, Iguodala, Curry y Shaun Livingston fueron quiénes mejor captaron lo propuesto por su cuerpo técnico.

Festus Ezeli fue el pivot de rotación elegido por Kerr para este encuentro. No Andrew Bogut, que había sido titular durante toda la temporada. Tampoco David Lee, que contribuyó de manera impensada en Game 3,4 y 5 (Lee sí estuvo en cancha, pero sólo por 1:13). Ezeli respondió la confianza con una actuación fenomenal para sus estándares. Activo en ataque y defensa, el pivot suplente se lució con esta TREMENDA volcada:


No fue el único. Como dije, todos los Warriors tuvieron su momento a lo largo de la campaña. Harrison Barnes cumplió con su rol en estas Finales: peleó cada pelota, chocó cuando fue necesario y encestó triples desde la esquina. Leandro Barbosa produjo puntos desde la banca de manera instantánea. Si bien Thompson (Klay) no disfrutó de su mejor nivel, defendió cada pelota con intensidad.

Draymond Green, que (citando sus palabras textuales) dijo que fue un desastre en los primeros tres partidos, se redimió completamente. Para ponerle la frutilla a su postre, totalizó un triple-doble en el partido definitorio (16pts, 11reb y 10asist). Su crecimiento entre la temporada pasada y ésta fue una de las claves que llevaron a su equipo al título:


Los Cavs no se rindieron y lograron una respuesta. Los locales se pusieron a siete a falta de 8:23 por jugar y la gente se ilusionaba con una posible remontada. Golden State contestó con su arma principal durante la temporada regular: el tiro de tres puntos.

Primero Curry y después Iggy. Curry otra vez, Thompson (por fin) e Iguodala en una segunda ocasión. Cinco triples en menos de tres minutos, para darle ventaja de 14 a los Warriors y empezar a cerrar el campeonato. En pocas palabras, los últimos minutos de Steph fueron soberbios. Todos sabían que el MVP iba a tener la pelota en sus manos -hasta lo doblemarcaron en varias posesiones- y aún así se las ingenió para clavar bomba tras bomba.

No sólo las embocó, sino que creó para sus compañeros. Curry dominó los últimos cuartos de estas Finales (13pts y 2asist ayer) y su mera presencia en la cancha cambió totalmente la estrategia defensiva de Cleveland:


Un par de triples de J.R.Smith le metieron un poco de incertidumbre, pero al final no alcanzó. Tanto Mozgov como Thompson (Tristan) terminaron con un doble-doble, pero la realidad es que ningún miembro de los Cavaliers pudo acompañar la brillante tarea de LeBron (32pts, 18reb y 9asist, tre men do).

Después de 40 años, Golden State Warriors es campeón de la NBA. Un trabajo completo por parte de toda la organización de la franquicia. Desde los dueños (Joe Lacob y Peter Guber) hasta el Gerente General (Bob Myers), pasando por el director técnico (Steve Kerr) y sus asistentes principales (Ron Adams y Alvin Gentry, futuro DT de New Orleans Pelicans) y finalizando, obviamente, con los jugadores.

Absolutamente todos merecen créditos por este título, el cuarto de la franquicia de la ciudad de Oakland. Hacia allí se dirige el trofeo Larry O´Brien, en la edición 2014/15 de la NBA. Festéjenlo, que hace mucho tiempo que lo vienen esperando.





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