Game 2: Contra todos los pronósticos
Que día para un partido
así. Sé que el formato típico de una crónica debe restringirse a lo sucedido en
el evento que se está "cronicando", pero no tengo otra forma de
empezar. Si me bancan un par
de párrafos, les prometo que después es todo análisis, Cleveland, Golden
State y Finales NBA.
No soy una persona que le
de importancia a las fechas, por lo cual el "día del periodista" no
me generó demasiado. En estos días, la definición de dicha ´profesión´ es
extremadamente confusa y tampoco estoy completamente seguro de tener la mía. De
algo estoy seguro, más aún después del día de hoy: casi todo lo que importa es
lo que pasa dentro de las canchas.
Se escribe, se habla, se
lee y se debate mucho sobre deportes. No estoy en contra de que sea así (de
hecho mi deseo es vivir gracias a ello), pero cada vez me es más claro que a
veces se le da extrema importancia a lo que "debería pasar", porque
la mayoría lo pensó/escribió así.
Ojo, digo esto
considerándome un grandísimo hipócrita. Desde mi lugar, admito que le pongo
demasiada atención a la "narrativa", en vez de disfrutar de la
incertidumbre del deporte, que a fin de cuentas es de las características más
lindas que posee.
Hace 24 horas, ni se me
cruzaba por la cabeza que Stanislas Wawrinka pudiese ganarle a Novak Djokovic
en la final de Roland Garros. Si bien le daba una chance a los Cavaliers,
estaría mintiendo si dijese que creía que tuviesen una chance real de vencer a
los Warriors. Qué equivocado estaba.
Toda la emoción de LeBron tras ganar un partido que pocos creían que podía ganar |
No prometo cambiar de un
día para el otro. Todavía me pueden las comparaciones incomprobables, las
listas de Los Mejores de la Historia -todas las de ese estilo, ahh que
hermosas- y todavía me sigue importando estar en lo correcto con cosas en las
que es imposible estar en lo correcto.
Piénsenlo -y ayúdenme a
pensarlo para mí mismo- de esta manera: aun si Golden State le gana a Cleveland
por 4-1, mi ´pronóstico´ no incluyó la lesión de Kyrie Irving y seguramente no
habrá incluido todo lo que puede cambiar de acá hasta el final. O sea, no tiene
mucho valor periodístico que digamos.
No se si llegué a
redondear una idea o sólo transcribí un pensamiento que venía teniendo y no
sabía como expresar, pero me siento un poquito mejor. Ojalá alguien más le
pueda encontrar algún sentido. Ahora sí, (después
de uno dos tres cuatro cinco seis siete, siete, que mal tipo que soy) esto fue lo que pasó en el Game 2
de las Finales NBA entre Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers:
Todo listo en el Oracle Arena, en la ciudad de Oakland |
La baja de Kyrie Irving
dominó las noticias durante desde el viernes -día en el que se conoció que el
base sufrió una fractura en la rótula de su rodilla izquierda y estará fuera de
las canchas por cuatro meses- hasta el inicio del partido. El reemplazante de
Irving, Matthew Dellavedova, ya contaba con experiencia arrancando como titular
en Playoffs, por circunstancias similares.
Desde el arranque, al
igual que en Game
1,
LeBron James se hizo cargo del ataque de los Cavaliers. Ante la ausencia de
Irving, la responsabilidad de James en este sector creció aún más (si era
posible). Del otro lado, Klay Thompson era quien producía para los
locales.
La primera incidencia
negativa para los Warriors ocurrió cuando Thompson, que había anotado 9 de los
11 puntos de su equipo, tuvo que irse al banco tras cometer dos faltas
personales. Igual, ningún conjunto lograba mantener una ventaja considerable,
por lo que el primer cuarto finalizó con un empate en 20.
Con la segunda mitad de
los "Splash Brothers" de vuelta en cancha -y con ingresos positivos
de Shaun Livingston y Andre Iguodala-, los dirigidos por Steve Kerr dieron el
primer golpe. Thompson ya llevaba 18 puntos (terminó con 34) antes de la mitad
del segundo período, encestando casi todo desde afuera de la pintura:
Sin embargo, LeBron
también estaba haciendo lo suyo, aunque su forma fuese menos vistosa que la de
el escolta de Golden State. James arrancó 7-12 en sus intentos de campo,
consiguiendo sus puntos con trabajosas maniobras ante la marca de distintos
rivales. Además de Iguodala, Harrison Barnes y Draymond Green intentaron
contener a LBJ.
Contrario a lo ocurrido en
el encuentro anterior, David Blatt logró encontrar un aporte desde su banco de
suplentes. James Jones disputó 22:30 minutos, anotó ocho tantos -todos en el
segundo cuarto- y finalizó con un diferencial de +22, algo absolutamente
increíble teniendo en cuenta que el resultado final. Por segundo partido
consecutivo, Timofey Mozgov jugó con furia y determinación, completando una
doble decena (17 puntos y 11 rebotes).
Gracias a las
contribuciones de estos dos jugadores, Cleveland emparejó el marcador y se fue
al entretiempo liderando por la mínima. Salvo la actuación de Thompson,
mezclado con algunos minutos de ciertos hombres, el resto de los Warriors
lucieron desconcertados durante toda la noche. Para no sobre analizar, pongo la
lupa en los dos más relevantes: Draymond Green y Steph Curry.
Luego de una temporada
regular en la que se destacó y una pos temporada en la cual demostró su valor,
esta serie no ha sido positiva para Green. Como he mencionado, la estrategia
defensiva de los Cavaliers obliga al ala-pivot a tomar decisiones con el balón
en sus manos y, hasta ahora, no ha estado fino. Sigue compitiendo al 110%,
característica que siempre se le aprecia, pero ayer no eligió bien en al menos
cinco posesiones.
Para hablar de Curry hay
que hablar de Dellavedova. El australiano contuvo al MVP con una defensa
imponente. No lo dejó recibir la pelota con espacios, lo golpeó cada vez que
pudo, lo molestó y lo terminó sacando del partido. Como vieron en la foto,
Dellavedova logró anular a quien varios ya consideran como el mejor tirador en
la historia de la NBA.
Durante todo el tercer cuarto, los
visitantes extendieron su ventaja, aunque sin poner contra las cuerdas a la
franquicia de la Bahía de San Francisco. Si al principio no se notaba la
tremenda noche que estaba teniendo LeBron, a esta altura ya era bastante obvio.
James se ocupaba de anotar por su cuenta, cargar sobre los rebotes Y asistir de
buena manera a sus compañeros, aspecto del juego que le faltó en el Game 1.
Rapidito, quiero decir esto: sin entrar en ningún tipo de comparación, es emocionante lo que está logrando LeBron. Aun si pierde los tres partidos siguientes, haber competido de esta manera, ante un equipo de la calidad de estos Warriors y con este plantel tan diezmado es realmente asombroso. El esfuerzo que ha hecho en los primeros dos cotejos de esta serie ha sido verdaderamente sobrehumano.
A falta de exactamente 5:00 por jugar, un triple de Dellavedova -asistencia de James, que logró su quinto triple doble en Finales- le dio la máxima ventaja a los Cavs: 11. En el peor momento de los locales, apareció Curry. El base, que llevaba apenas 10 unidades, anotó 7 en los últimos minutos, incluyendo una bandeja con ocho segundos en el reloj que empató el partido en 87.
Otra vez, LeBron tendría la pelota en sus manos para definir el encuentro. Esta vez, James decidió penetrar hacia el canasto y casi consigue la bandeja. Tristan Thompson consiguió el rebote pero no pudo rematar, y así veríamos -por primera vez en la historia- tiempo extra en Game 1 y Game 2 de las Finales.
El ritmo del período adicional fue extraño, como suele suceder. Cleveland sacó una luz de cinco puntos, pero consecutivos rebotes ofensivos de Green dejaron a Golden State a uno. Allí, J.R.Smith cometió un foul estúpido -el tercero de la noche para J.R, que siempre pareció intervenir en el peor momento y de la peor manera- y mandó a Curry a la línea.
Las dos secuencias siguientes hablan de lo poco que podemos pronosticar sobre un evento deportivo. Primero, luego de un intento de triple por parte de Jones, el diminuto Matthew Dellavedova agarró el rebote ofensivo, fue fouleado por Barnes y le dio la ventaja a su equipo tras encestar dos libres que, en la escala de presión, eran un 9,5/10.
En la jugada siguiente Dellavedova, un base australiano suplente que ni debería estar en cancha si no fuese por una lesión, se le plantó al Jugador Más Valioso de la NBA. Curry erró su lanzamiento, LeBron cosechó el rebote y terminó decorando el resultado. 95-93 para Cleveland Cavaliers, que ahora retorna a su ciudad 1-1 en la serie y con la ventaja de localía en su favor. ¿Quien lo hubiera dicho? Seguro que yo no.
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